domingo, 11 de diciembre de 2011

Dias largos, de esos raros


¿Quién no se ha tumbado nunca en la cama un rato a perder el tiempo cuando tienes miles de cosas que hacer? Solo para pensar, llorar, esperar una llamada, poner en orden tu cabeza, tan revuelta como acostumbra, mirar a un punto fijo en silencio y visualizar ahí todas tus esperanzas y todos tus sueños…
Le has dicho a todo el mundo que quieres estar sola, que no quieres ver a nadie; pero tú sabes que es mentira. Seamos sinceros: nadie quiere estar solo; el problema viene cuando SÓLO quieres estar con una persona y ÉL no está a tu lado. Por eso te tumbas en silencio a pensar, a ver pasar las horas, porque tienes la esperanza de que si te quedas quieta, si deseas algo con todas tus fuerzas, tarde o temprano él aparecerá por la puerta.



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