miércoles, 27 de abril de 2011

Si tú dices 'venga'... Yo digo 'vale' :)

Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas, fantaseabas sobre como sería tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas, por la noche te echabas en la cama cerrabas los ojos y te abandonabas a tus sueños, ingenuos, pero tan bonitos... Los Reyes Magos, el ratoncito Pérez, el Príncipe Azul estaban tan cerca que los saboreabas, pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas se han esfumado. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan, a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y verá que se han hecho realidad.
           

Cuando el día llega a su fin, la fe se convierte en ilusión, en un desafío del día a día. Aparece cuando menos te lo esperas, es como si te despertases por la mañana y te dieras cuenta que los cuentos no son exactamente como habías soñado, el castillo puede que no sea un castillo... No es tan importante eso de ser felices para siempre, basta con ser felices en el momento. A veces, muy de vez en cuando, la gente puede darte una grata sorpresa. A veces, y sólo a veces, encuentras a alguien que te deja sin respiración, que te hace volver a soñar.

lunes, 25 de abril de 2011

Let it be


En el colegio tuvimos que leer Romeo y Julieta para subir la nota. La Señorita Snider nos hizo representar la obra. A Sam Scafarilo le tocó Romeo y a mí, cosas del destino, Julieta. Las demás estaban celosas, pero yo tenía otra opinión. Le dije a la Señorita Snider que Julieta era idiota; se enamora del único que no puede tener a su lado y después culpa al destino a su propia decisión. La Señorita Snider me dijo que cuando el destino se cruza en tu camino, a veces no tienes alternativa. A los 14 años ya tenia muy claro que el amor como la vida es fruto de las decisiones y el destino no tiene nada que ver. A todos les parece tan romántico Romeo y Julieta, el amor verdadero que pena, si fue tan tonta como para enamorarse del enemigo, tomar veneno e irse a dormir a una cripta, se merecía lo que le pasó.


Quizá Romeo y Julieta estuvieran destinados a unirse, aunque solo durante un tiempo. Luego pasó su momento, si lo hubieran sabido tal vez todo hubiera ido bien. Le dije a la Señorita Snider que cuando fuera mayor tomaría las riendas de mi destino, que no dejaría a ningún hombre arrastrarme al abismo, y me respondió que si alguna vez sentía la pasión podía considerarme afortunada y que si la encontraba no nos separaríamos nunca. Yo sigo creyendo que el amor es una cuestión de decisiones. Hay que dejar a un lado el veneno y la daga y buscar tu propio final feliz, casi siempre. Pero a veces, a pesar de decidir lo mejor que puedes y de tus intenciones, el destino termina por ganar.

Cabeza... ¿por qué haces siempre lo que quieres?

En algún momento hay que decidirse, los muros no mantienen a los demás fuera, si no a ti dentro. La vida es un caos, somos así. Puedes pasarte la vida levantando muros, o puedes vivirla saltándolos. Aunque hay algunos muros demasiado peligrosos para cruzarlos. Lo único que sé, es que si finalmente te aventuras a cruzar las vistas al otro lado son fantásticas.

No sé por que siempre posponemos todo pero si tuviera que adivinarlo diría que tiene mucho que ver con el miedo, el miedo al fracaso, el miedo al dolor, el miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión, porque y si te equivocas y si cometes un error sin solución. Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo es como si cargáramos con un peso gigante.
Osea que quien duda está perdido, no podemos fingir que no nos lo dijeron...