jueves, 15 de diciembre de 2011

Ya que nos sinceramos...

Hay dos formas de ser un capullo:


1. La que nos encanta y nos vuelve locas.

2. La que hace que pensemos que dais pena.





martes, 13 de diciembre de 2011

Nunca has tenido tantas ganas de gritar, explotar, romper llorar sin saber por qué, de por fin respirar, de coger al primero que pilles y escapar, huir, irte lejos, muy lejos. Pasar la noche entera mirando las estrellas y tener todo el tiempo del mundo para contarlas, sin prisas, sin agobios.
Esa sensación de que pase el día, y tú sin poder dejar de mirar el móvil esperando una señal que demuestre que existe, que no son tonterías, que esos días impredecibles de 'coge el abrigo que nos vamos', las risas y llantos, los enfados, los piques sin sentido en los que el único interés es robar un beso, son reales.
Pero no fue así como pasó, ¿verdad?. Aquellos momentos en los que me hacías sentir única fueron un simple juego, un pasatiempo de kiosko, como una peli demasiado buena para que el final deje tan mal sabor de boca.





Hay dos opciones: romper el mito de que las segundas partes nunca fueron buenas, o que el final que tú mismo te encargaste de crear sea definitivo y joda esa película que tan buena era, de esas que puedes llegar a ver mil veces pero que es recomendable pulsar stop cuando llegas a la parte en la que pasaste de ser mi chico a ser ese capullo, sí, ese capullo que me vuelve loca.


Mel .

domingo, 11 de diciembre de 2011




Siempre hay una verdad detrás de un "Solo bromeaba" una emoción detrás de un "No me importa" y un te necesito detrás de un "Dejame en paz".



Dias largos, de esos raros


¿Quién no se ha tumbado nunca en la cama un rato a perder el tiempo cuando tienes miles de cosas que hacer? Solo para pensar, llorar, esperar una llamada, poner en orden tu cabeza, tan revuelta como acostumbra, mirar a un punto fijo en silencio y visualizar ahí todas tus esperanzas y todos tus sueños…
Le has dicho a todo el mundo que quieres estar sola, que no quieres ver a nadie; pero tú sabes que es mentira. Seamos sinceros: nadie quiere estar solo; el problema viene cuando SÓLO quieres estar con una persona y ÉL no está a tu lado. Por eso te tumbas en silencio a pensar, a ver pasar las horas, porque tienes la esperanza de que si te quedas quieta, si deseas algo con todas tus fuerzas, tarde o temprano él aparecerá por la puerta.



Era un juego más, la única regla era no enamorarse. La diversión parecía ser ideal y parecía que nada podía salir mal en un débil romance. Pero la química fue más fuerte que la lógica; con una sonrisa combinada con un latido de más la única regla se rompió, y ahora ella no sabe como estar sin él y él sonríe al saber que darle instrucciones a Cupido no funcionó.